Me están insultando en internet

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No puedo evitarlo: aunque el ministro de economía me está mirando mientras explica vete a saber qué, desbloqueo el móvil y le echo un vistazo a las menciones de Twitter. Insultos. Decenas de insultos. La gente se ríe de cómo hablo, de cómo visto, me llaman nazi, me echan la culpa de todo.

El ministro espera una respuesta. Todos esperan una respuesta.

-Sí… Lo miro y te digo algo -nunca falla-. ¿Qué más temas teníamos pendientes?

Echo un vistazo al orden del día. No vamos ni por la mitad. La ministra de agricultura le pregunta algo al de hacienda. Esto me lo puedo saltar, pienso, mientras vuelvo a coger el móvil para mirar Twitter otra vez. Supongo que los demás piensan que me ha llegado un mensaje de alguien importante. Del rey de Suecia o algo así. Y por eso tengo que leerlo en mitad del consejo de ministros.

Hay un tal @SeasonOfGaiman que está haciendo montajes con una foto mía que sale hoy en los periódicos. Este @SeasonOfGaiman la tiene tomada conmigo. Cada día tiene que decirme algo. Miro su avatar. Es un perro de dibujos animados. Entro en su perfil. Insulta a mucha gente. Eso es un consuelo, al menos en parte. No me odia solo a mí.

Será alguien muy decepcionado con su vida. Seguro que tiene un trabajito miserable, grapando cosas. Y nos hace pagar a los demás sus insatisfacciones. Pues mira, @SeasonOfGaiman, yo tengo asuntos importantes de los que ocuparme. Me gustaría saber qué sería de ti de haber ganado la oposición. Tu empresa tendría que decidir entre la grapadora y tú. Y habría ganado la grapadora.

Me están mirando otra vez. Esperan que diga algo. No tengo más remedio que disculparme y pedir que me repitan lo que estaban diciendo. Me cuentan no recuerdo muy bien qué porque en lo único que pienso es en enviar a @SeasonOfGaiman a Guantánamo. Seguro que puedo pedir algún favor así. Soy el presidente del gobierno.

-De acuerdo -contesto, sin estar muy seguro de si estoy de acuerdo.

-¿Pero de acuerdo con cuál de las dos opciones? -Pregunta el ministro de hacienda.

-La primera.

Un perro de dibujos animados. Esa es la imagen de perfil de @SeasonOfGaiman. Ni siquiera se atreve a poner su cara y a firmar con su nombre.

Al llegar a mi despacho hago venir a mi community manager y le pregunto quién es ese perro.

-¿El perro?

-Sí, ¿es un perro famoso?

-Ah, es el perro de los Simpson.

-Ya veo. ¿Y tiene permiso de los Simpson?

-No creo que haga falta.

-Ya, bueno. ¿Te has fijado en que este tuitero se ríe mucho de mí?

-Estas cosas… Ya se sabe… Son inevitables. En redes… En fin…

-¿Y no se podría hacer algo? Es decir, soy el presidente del gobierno.

-Bueno… Er… Podríamos bloquearle.

-Ah, muy bien, muy bien. Hagámoslo. ¿Con eso ya no tuitearía más?

-No, no. Si bloqueamos su cuenta no puede leer nuestros tuits ni nosotros los suyos.

-¿Pero los demás sí pueden?

-Sí.

-Seguiría burlándose de mí.

-Sí. Las redes son así. Siempre habrá gente que no entienda lo que hacemos. Pero bueno, usted tiene más de un millón de seguidores. Eso también es importante. Hay que fijarse en lo bueno, en la gente que nos valora.

-No sé, he visto que muchos de los que me siguen también me insultan. Creo que solo me siguen para burlarse.

-Ya… Eso… En fin… Eso les pasa a todos. No hay que hacerse mala sangre.

Tiene razón, me digo, después de pensar en el tema un rato a solas. Ya basta de preocuparse por un perro. Decido desinstalarme la aplicación del móvil. O lo intento. Tengo que llamar a mi community manager otra vez.

-Oye, ¿cómo puedo quitar Twitter del móvil?

-¿Quiere quitar Twitter del móvil?

-Sí, quiero centrarme en… cosas de… la presidencia… en general.

-Claro. ¿Es Android o Iphone?

-Vas a tener que venir a hacerlo.

Al principio, siento como si me hubiera quitado un peso de encima. Me alegro. Bien. Vamos a concentrarnos en el trabajo. Incluso llamo a la ministra de agricultura para saber qué quería de hacienda. Soy el presidente, ¿no? Debería saber esas cosas.

Pero mientras la señora me cuenta su problema, no puedo evitar perder el hilo de la conversación. Y pienso en @SeasonOfGaiman. ¿Qué estará tuiteando ahora? ¿Me habrá vuelto a insultar? Entro en Twitter con el ordenador y cotilleo su cuenta. Menos mal, no dice nada sobre mí. Está hablando de la última de Tarantino. No le ha gustado. A este tío no le gusta nada.

Cuando llego a casa ya tengo la aplicación instalada de nuevo en el móvil. He tenido que volver a llamar el community.

Después de cenar y ya en el sofá, vuelvo a mirar las menciones y a buscar mi nombre. Más insultos. La gente no descansa. Bueno, @SeasonOfGaiman parece que sí: lleva más de cuatro horas sin tuitear. Algo es algo.

Mi mujer se queja:

-Mariano, deja el móvil.

-Es que me están insultando en internet.

Me despierto en mitad de la noche. A veces me pasa. Son las preocupaciones propias del cargo, que no me dejan dormir ni mucho ni bien. Cojo el móvil de la mesilla de noche. Las 3:50. Al menos me quedan unas cuantas horas de sueño.

Pero cometo el error de mirar Twitter. Me siguen insultando. A las cuatro de la mañana. Joder, ¿es que no tenéis otra cosa que hacer? ¿Emborracharos? ¿Comprar cosas por internet? ¿Dormir? Hijos de puta, sois todos unos hijos de puta.

-¿A ti te insultan mucho por internet? -Le pregunto al día siguiente a la vicepresidenta, que ha venido al despacho a enseñarme unos papeles.

-Sí, bueno, lo normal. Internet, ya se sabe.

-Creo que me tienen manía.

-No hagas caso. Eso nos pasa a todos.

-Yo creo que a algunos partidos les perdonan más cosas en Twitter. Hay mucho rojo, ahí.

-No creas, lo que pasa es que solo te fijas en lo malo.

-Mira esto -le enseño un tuit de @SeasonOfGaiman. Ha cogido una foto de dos señores besándose y les ha puesto mi cara y la de un obispo.

-No hagas caso de estas cosas, hombre.

-¿Te estás riendo?

-No, no, qué va, por favor. Es muy desagradable.

-Te estás riendo.

-Es que me he acordado de una cosa.

Me da igual lo que diga la vicepresidenta. En Twitter hay pandillas y si le caes mal a las pandillas no tienes nada que hacer. Igual es cosa de envidia, no sé. Es decir, soy el presidente del gobierno. El puto presidente del gobierno. Que eso no lo puede decir cualquiera. Bueno, lo puede decir todo el mundo, pero sería mentira.

Pero vamos, lo de las pandillas, fijo que es así. Tengo que admitir que me gustaría caerles bien. Hace unas semanas intenté proponer en el consejo de ministros hacerles caso en algo. No recuerdo qué, pero era algo pequeño, insignificante. Algo de catalanes, creo. No dije que era por gustar en Twitter, claro, lo dejé caer como si fuera una idea mía.

-Igual podríamos…

No me dejaron acabar la frase. Todos se llevaron las manos a la cabeza. El ministro de exteriores estaba enfadadísimo. Parecía que le iba a dar un infarto. No sé por qué se ponía así, si es de exteriores. Hablábamos de España, no de otros países.

-¿Te has fijado? -Le enseño mi móvil al community manager.

-Er… Sí… Ehm… ¿Qué es lo que…?

-Esta cuenta es muy buena. Fíjate la respuesta que le da a @SeasonOfGaiman. Vaya zasca, ¿eh?

-Sí, supongo.

-Podríamos retuitearle, ¿no?

-Huy, no, no, qué va. No podemos hacer eso.

-¿Por qué no?

-¿Es alguien del partido?

-No, solo es un ciudadano respetable.

-¿No sabemos quién es?

-Su nick es @pontevedra529 y tiene un avatar de unos dibujos animados. También es un perro.

-No podemos darle difusión a cualquiera desde la cuenta personal del presidente.

-Ya, entiendo. ¿Y desde la del partido?

-No, no, no.

-Pregúntales. Igual a ellos les apetece.

-No creo. No entra dentro de las líneas de actuación de…

-Llámales, a ver qué te dicen.

-Estoy mirando y @pontevedra529 solo tiene un seguidor.

-Sí, le estoy siguiendo. Me parece muy interesante todo lo que tiene que decir. Es una cuenta nueva que he descubierto.

-Todo lo que ha publicado son respuestas a los tuits de @SeasonOfGaiman.

-Sí, puede ser, puede ser.

-Presidente, ¿puedo preguntarle una cosa?

-Yo no he abierto esta cuenta.

-Er… De acuerdo…

-En serio. La encontré por casualidad.

-Vale, vale.

-Llama al partido.

-Sí… Ehm… No se ofenda, pero… En fin… Deberíamos hacer unfollow a ese tuitero.

-No.

-Es que si alguien lo ve, se va a extrañar.

-Es un ciudadano con cosas sensatas que decir.

-De acuerdo, de acuerdo. Voy a…

-A llamar.

-Sí.

En cuanto sale del despacho, miro el tuit de @pontevedra 529. He dejado tumbado a @SeasonOfGaiman. Se nota porque ni ha contestado. Le he dejado el culo roto.

Para hacer un retuit solo hay que apretar un botón.

Y, evidentemente, tengo acceso.

Porque soy el presidente del gobierno.

Y es mi cuenta.

Tampoco es como si fuera el botón para lanzar cabezas nucleares.

Solo es un tuit.

Me llaman. La secretaria me pasa al community manager.

-En el partido tampoco lo creen apropiado.

-¿El qué?

-El retuit.

-Ah. Vaya.

-Lo siento, señor presidente.

-No pasa nada. Es una pena. Pero no pasa nada.

-Otra vez será. Igual se lo podemos pedir a alguno de los diputados nuevos.

-Eso estaría bien.

-Lo moveré.

-Gracias. Y una cosa.

-¿Sí?

-Yo no abrí esa cuenta.

-Claro que no. Perdone que lo haya sugerido.

-No pasa nada.

Nada más colgar, retuiteo a @pontevedra529. Jódete, @SeasonOfGaiman, jódete.

(Imagen: Flickr Commons)

Autor: Jaime Rubio Hancock

Yo soy el mono de tres cabezas

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