
—Voy a pasar solo el resto de la tarde en casa.
—¿Ese solo va con tilde o sin tilde?
—¿Qué?
—¿Lo has dicho con tilde o sin tilde?
—¿Pero qué dices?
—¿Vas a pasar solo sin tilde el resto de la tarde en casa o solo con tilde el resto de la tarde en casa?
—Er… Solo sin tilde… O sea, que estaré solo.
—Pues dilo.
—¿Qué diga qué?
—Voy a pasar solo sin tilde el resto de la tarde en casa. Hay que poner la tilde para evitar los casos de ambigüedad.
—Pero estamos hablando. Nadie habla así.
—Ya, ya lo sé. La RAE cambió la norma hace años. Pero a mí con tilde me da igual porque la sigo aplicando.
—¿A ti qué?
—A mí con tilde. Mí va con tilde cuando es pronombre.
—Ya lo sé, pero nadie habla así, te digo.
—¿Así cómo con tilde?
—Especificando si hay tilde o no.
—Hay que hacerlo. Si no, ¿cómo con tilde distinguiríamos las palabras que se escriben igual, pero que solo con tilde se diferencian por la tilde?
—¿Por el contexto? O por la pronunciación: el cómo con tilde y el como sin tilde no se pronuncian igual.
—El contexto no siempre es suficiente y la pronunciación apenas cambia, y eso cuando sin tilde cambia, porque los dos solos se pronuncian igual. Yo no sabía si sin tilde ibas a pasar la tarde solo en casa de estar solo, es decir, sin tilde, o solo de solamente, es decir, que solo con tilde ibas a pasar la tarde en casa y no la tarde y algún rato más.
—Pues pregunta.
—Claro, todo el mundo tiene todo el día para preguntarte cosas a ti sin tilde sobre tu sin tilde vida. Eres el centro del universo y quiero pasarme horas hablando sobre si sin tilde estarás solo sin tilde o solo con tilde. Oh, qué con tilde interesante. Se sin tilde va a pasar la tarde en casa solo sin tilde. Cuéntame más con tilde.
—Nadie ha hablado así nunca en toda la historia de la humanidad. Ni siquiera te entiendo.
—¿Sabes por qué separado y con tilde? Porque junto y sin tilde la RAE está llena de inútiles que no saben hacer su trabajo. Dan por válida cualquier cosa siempre que la diga el número suficiente de analfabetos. ¿Así cómo con tilde van a fijar y dar esplendor a la lengua? Estamos yendo marcha atrás. Volveremos a comunicarnos con gruñidos, como sin tilde los trogloditas. Desnudos por el campo, cazando cebras con nuestras uñas y nuestros dientes, fornicando al aire libre, sin tener que madrugar para ir a la oficina, donde sin tilde nos espera una jefa que insiste en que dejemos de hablar como sin tilde, cito textualmente, “si me hubiera dado un golpe muy fuerte en la cabeza”. Y lo dice sin especificar si sin tilde ese si es con o sin tilde.
—Haces que la alternativa suene agradable.
—¡Mi jefa es el precio que tenemos que pagar por la civilización! ¡Y lo de las tildes también! ¡A cambio de un pequeño esfuerzo, como sin tilde decir si sin tilde las palabras se sin tilde escriben con o sin tilde para evitar las ambigüedades tenemos agua potable, vacunas, interne, series de seis temporadas que podrían haber sido una película decente de 90 minutos y mails con las facturas telefónicas de un imbécil que sin tilde se sin tilde llama como sin tilde tú con tilde y se sin tilde equivocó al dar su correo electrónico a la compañía!
—Bueno, bueno, pero no te enfades.
—¡Pues aprende a hablar como sin tilde las personas!
—Vale, vale, hablaré como quieras.
—¿Qué con tilde has dicho?
—Que hablaré como…
—¡Que sin tilde hablaré como sin tilde quieras!
—Perdona, perdona, acabo de empezar con esto y me falta práctica.
—¡De sin tilde!
—Vale, pero no te pongas así que sin tilde me has escupido sin tilde.
—¡En escupido no hace falta decirlo!
—Me has vuelto a escupir.
—¡Me sin tilde!
—Basta, solo quiero irme a casa. ¡Solo sin tilde!
—¡Ahí es con tilde!
—Un momento, ¿qué has dicho antes?
—Solo sin tilde.
—No, antes.
—¿Me sin tilde?
—Me siempre va sin tilde.
—Es verdad. Perdona, que sin tilde me he liado. Eso te pasa por ponerme de los nervios. En fin, te dejo, ya nos vemos mañana.
—Igual no, ¿eh?
—¿A las seis?
—Tengo cosas que hacer.
—A las seis, pues.