El misterioso caso de orca, la ballena asesina

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Escena de la película. Creo que es el momento en el que la orca abre la puerta de la mansión.

En los años 70 se estrenó una película titulada Orca, la ballena asesina. Iba de una orca que se liaba a asesinar gente en venganza por la muerte de su mujer y su cría. En serio. No me lo estoy inventando.

Es más, la historia de la película está basada en un hecho real. Nos tenemos que remontar a 1927, cuando yo trabajaba de inspector en el condado de North Havengreenport, en Inglaterra. Una mañana de abril me llamaron de Covenfish Manor: Lady Fordensifh me pidió que acudiera lo más rápido posible.

—¡Han asesinado a mi marido!

No me apetecía nada ir, así que probé suerte:

—¿No habrá sido usted?

—No, no.

—Vaya. A veces funciona.

Me abrió la puerta el mayordomo, una orca. Me condujo hasta el cadáver de Lord Finnishmore.

—¿Quién lo encontró?

—Fui yo.

—¿A qué hora? No tocó nada, ¿verdad?

—No, no, quiero decir que fui yo quien lo mató.

—Bueno, a ver, ¿aquí quién es el detective?

—Usted, pero…

—Pues entonces deje que los profesionales digan quién mató a quién.

—Estoy confesando.

—Y dale. Ya le diré yo si tiene que confesar o no.

—Soy el mayordomo y una orca asesina. ¿Qué más necesita?

—No soy racista y hago mi trabajo sin ideas preconcebidas.

Su actitud me recordaba a la de Jack el Destripador. No me refiero al asesino, sino a otro Jack que contaba los finales de series y películas, y al que me había enfrentado hacía poco. Conseguí que desistiera gracias al final de Lost, que escribí yo personalmente para confundirle.

—Entonces resulta que están muertos, pero al final.

—¿Al final estaban muertos?

—Sí, pero no en la isla. Se mueren luego.

—¿Cómo?

—Viven sus vidas tan tranquilos y luego se mueren.

—¿Qué?

Volviendo al caso de la orca asesina, le pedí al mayordomo que me llevara a ver a la señora.

—Quiero hablar con Lady Cuttyshark.

—¿Con quién?

—Con Lady Condemor.

—¿Cómo?

—LadyPricewaterhousecoopers.

—¿Eh?

—Con la señora.

—Ah, sí, claro. Por favor, sígame. Está en el ala este.

La sala donde estaba Lady Windermere tenía las ventanas cerradas y los muebles cubiertos por sábanas. El mayordomo levantó una de ellas y allí estaba la señora.

—¿Qué tal se llevaba con Lord Apetecaun? — Le pregunté después de saludarla.

—No le veo desde 1916. Esta casa es muy grande y me perdí.

—Ah, sí. Lamento su pérdida. Disculpe la pregunta, Lady Handkerchief, ¿pero no es usted la única heredera de su marido?

—Llevo seis años sin atreverme a salir de esta habitación. Cazo ratas y me las como crudas.

Como es habitual en los crímenes que ocurren en la campiña inglesa, cuando tuve la información suficiente como para saber el nombre del asesino, reuní a todos los sospechosos en la misma sala. Estaban Lady Frankenstein y los empleados de la mansión: la orca asesina, Piraña 3D, Tiburón 2, los gremlins y Bo Derek.

—Se preguntarán por qué les he reunido aquí. Hay dos respuestas: la primera es que Lady Cumberbatch no se atreve a dejar esta habitación.

—Tengo hambre.

—La segunda es que en breve les podré decir quién es el asesino, gracias a mis métodos de deducción. Pito, pito, gorgorito, dónde vas tú tan bonito…

Al cabo de pocos segundos, mi dedo acusador se detuvo en la orca asesina.

—Pero si llevo tres semanas diciéndole que fui yo — dijo, derrumbándose ante mi astucia — . ¡Pero tengo mis motivos! ¡Lord Gryffindor estranguló a mi mujer y a mi hijo!

—¿Pero por qué iba a hacer eso?

—Lord Petecaun fue juez de este condado, a pesar de que casi no sabía escribir y no hacía más que cometer faltas de ortografía. Por eso, condenó a mi familia a la horca. La horca asesina.

—Madre mía, qué horror.

—Es el peor chiste que he oído en lo que va de semana.

—Con diferencia.

—Oigan, que no es un chiste, que mató a mi familia.

—Déjelo, haga el favor.

—Qué espanto. No sé si podré dormir esta noche.

—Yo no lo pillo.

La orca intentó huir, pero le obturé el agujero de respirar con un tapón de corcho y cayó al suelo en pocos segundos. Dado su enorme peso, la casa se derrumbó y todos perdimos la vida. Por suerte, yo encontré la mía varios meses más tarde. ¡Estaba en una chaqueta que no me ponía desde el año pasado!

En la película cambiaron bastante el argumento, pero el personaje que interpreta Bo Derek está basado en Bo Derek. Creo. La verdad es que no la he visto.

Autor: Jaime Rubio Hancock

Yo soy el mono de tres cabezas