Instrucciones para enfundar un nórdico

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Cambiar la funda de un nórdico sin ayuda de dos o tres personas y una grúa es una tarea difícil. Todos creemos conocer algún sistema infalible que hemos visto en Youtube, pero al final acabamos sentados en el suelo, sudando, llorando de rabia, con ganas de olvidarlo todo y de dormir siempre en el sofá.

La teoría es sencilla: hay que hacer coincidir los dos extremos superiores del nórdico con los dos de la funda, y luego extenderla. Para hacerlo de forma rápida y sin lesiones musculares, lo mejor es seguir estas indicaciones:

-Extiende tus brazos dentro de la funda, sosteniendo los dos extremos del nórdico. Sobre todo (importante), mete medio cuerpo dentro.

-Comienza a caminar en dirección al sur. Consulta la brújula.

Haz descansos e hidrátate bien. Sigue las indicaciones de tus dos sherpas. Ellos conocen el territorio mucho mejor que tú y han seguido la misma ruta en muchas ocasiones.

-Escribe una entrada en tu diario: “Después de trece jornadas de viaje, nos acercamos al extremo izquierdo. Cada vez hace más frío y nos estamos quedando sin víveres. Nos hemos tenido que comer a la mula. No sé quién ha traído esta lata de piña en almíbar, que no le gusta a nadie”.

-La situación es tan difícil que tienes que comenzar a racionar el whisky y ya pasas la mayor parte del día sobrio.

-Llegas a un territorio en el que habita una manada de tejones mutantes, que como todo el mundo sabe, crían en las camas cuando no cambias las sábanas con la periodicidad adecuada. Saca el rifle y dispárale a uno: será un buen almuerzo.

-Oyes un grito. Como no sabes disparar, le has dado a uno de los sherpas en la pierna.

-Ese sherpa te quita el rifle mientras masculla insultos en su idioma y se encarga de cazar el tejón. Prepáralo siguiendo una receta de tu abuela (paella de tejón; buenísima).

-Dos días más de viaje y llegas a la primera esquina de la funda, donde dejas con cuidado una de las puntas del nórdico (qué descanso en el brazo izquierdo, ¿eh? Ahora ya no parece que bailes sardanas).

-Coméntales a tus sherpas que esa noche descansaréis allí y que al día siguiente partiréis hacia el otro extremo. Asustados, hablan entre sí en su idioma. Pregúntales qué ocurre: te contestarán que la esquina derecha está MALDITA. Diles que eso es una estupidez y ríete de sus costumbres entre carcajadas.

-Al día siguiente, los sherpas habrán huido, dejándote la lata de piña en almíbar, dos pares de calcetines, el rifle y algo de munición.

-Tras dos días de camino, darás con un poblado. Los nativos te acogen saludándote en su idioma (OLA K ASE) y celebran una fiesta en tu honor.

-Durante la fiesta, fíjate en la hija del jefe, que no está nada mal, e invítala a una copa de una especie de ponche que han preparado.

-Se te acercarán unos cuantos hombres de la tribu y te pedirán que vayas con ellos un momento. Como eres el invitado de honor, no te puedes negar, claro. Dile a la chica que vuelves en seguida.

-Sigue las tradiciones de ese antiguo pueblo y las indicaciones de los lugareños, para acabar atado a un palo que da vueltas encima de una hoguera.

-Sospecha que igual esa fiesta no es tan divertida como creías.

-Se te caerá la lata de piña en almíbar en la fogata. Con el calor, reventará y los nativos huirán asustados. Aprovecha para desatarte justo cuando tu espalda empiece a oler a cochinillo asado.

-Huye, no sin dejarle una nota a la chica con tu número de teléfono. Nunca se sabe.

-Resguárdate de una tormenta en una cueva. Está oscuro, enciende una linterna. Suelta un grito al ver un esqueleto vestido también con ropa de montañista. Abre su mochila y lee su diario. Sí, murió de hambre y frío hace doce años, cambiando la funda de su nórdico. Róbale el reloj, que parece bueno.

-Llegarás a la esquina derecha, que está custodiada por El Guardián de la Esquina Derecha. Te pondrá un acertijo. Es uno de estos en plan “si Juan tiene el doble de la edad de su hermano, cuántos años tendrá si dentro de seis años, etcétera”. La solución al acertijo es darle de garrotazos con el fusil al guardián hasta que te deje pasar.

-Coloca con cuidado el segundo extremo del nórdico.

-Por el camino de vuelta ve asegurándote de que el edredón queda plano y ajustado a la funda.

-Sal de la funda. Estás de vuelta en tu dormitorio. Mira el móvil. 27 de mayo. Saca el nórdico de la funda, dóblalo todo bien y guárdalo en el armario hasta el año que viene.

-Qué barba más chula de moderno llevas.

-Dúchate.

(Publicado originalmente en GQ.com).

Autor: Jaime Rubio Hancock

Yo soy el mono de tres cabezas