Jaime Rubio (1977-2016) murió anoche después de perder la batalla contra una larga enfermedad. Será recordado por su influyente y prestigiosa obra, que fue testimonio crítico e implicado de los tiempos en los que le tocó vivir. A pesar de que no rehuía una polémica, Rubio contaba con el apoyo y la simpatía de muchos amigos y compañeros de profesión, que acudieron al tanatorio a dar su último adiós a quien era considerado no sólo como un gran profesional, sino una mejor persona. Todos coincidían en que “no somos nadie” y “fíjate, qué bien lo han dejado, parece que duerma”.
Hijo de un señor y de una señora, Jaime Rubio fue niño desde ya muy joven, aunque poco a poco dejó la infancia atrás, para convertirse en un adulto. Aunque se le recuerda especialmente por su labor en el terreno de su profesión, comenzó su carrera desde el principio para luego desempeñar también otras labores. Eso sí, Rubio siempre diría que su primer amor fue el que vino antes del resto. Rubio realizó su labor siempre al margen de modas, ya que apenas le llegaba el sueldo para comprar ropa en las rebajas.
Enamorado de su esposa, una alienígena de Omicrón-Persei 8, tuvo tres hijos, pero los perdió en la guerra. “Siempre he sido muy despistado”, explicó. Sus amigos le recuerdan como “¿Quién? ¿Jaime? ¿Ese no fue el que rompió el jarrón? ¡Toñi! ¿Jaime es el que nos rompió el jarrón? ¿Sí? Pues se ha muerto. De una larga enfermedad, se ve”.
Trabajador incansable, excepto en los momentos de agotamiento (que duraban todo el tiempo que pasaba despierto), prolongó su labor hasta que se retiró, momento en el que decidió dejar aparcada su profesión para dedicarse a otras cuestiones. Aun así, su consejo era buscado por quienes se iniciaban en este campo y Rubio jamás se negaba a darlo a los jóvenes que se lo pidieran, en especial si lucían un escote generoso.
El Ministerio de Cultura, la Real Academia de la Lengua y la Universidad de Harvard han enviado comunicados explicando que desconocían la existencia de esta persona.
Me ha encantado, genial, y por cierto, descanse en paz.
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